ADAPTACIÓN
DEL CUENTO TODA CLASE DE PIELES:
Érase una
vez, en un pueblo perdido de Marruecos, vivía un matrimonio de ganaderos, y en
el que se encontraban alrededor un hermano y dos hermanas del padre. El
matrimonio acababa de tener una hija llamada Nadia. La madre debido al gran
esfuerzo y a las grandes temperaturas, ya que era verano, falleció. El padre se
quedó muy desolado por la gran pérdida. En el testamento que habían escrito
recientemente ambos, la madre puso que cuando cumpliese quince años la daría un
medallón que ha pasado de generación en generación y que simboliza el amor
eterno entre madre e hija, y un Kaftan, que era un vestido típico de Marruecos,
de más de doscientos años de antigüedad, que tenía guardado su madre también de
generación en generación.
Pasaron
quince años, que fueron unos años magníficos, en los cuales ella tuvo muy buena
relación con su padre y ayudó en la ganadería, y fue cuando el padre le dio el
medallón y el vestido de su madre. Nadia se puso muy contenta.
Pasaron tres años, y el padre le dijo a Nadia
que tenía que casarse. La hija que sabía que ya era su hora, asintió, pero no
sabía que su padre ya había elegido a alguien. Era su tío, con el que había
estado trabajando con él. Nadia no se lo creía y le dijo a su padre que él
quería casarse con un joven apuesto, o aquella persona por el que sintiese algo
especial. El padre sintiéndolo mucho le dijo que ya no podía dar marcha atrás,
y que lo hacía por el bien de la familia y de la ganadería. La hija que se sentía
traicionada por su padre se fue a su habitación llorando.
Al día
siguiente el padre entró en la habitación de Nadia y le dijo que en dos semanas
tenía que casarse. Nadia dijo que aceptaría si le hacia su tío, su futuro
marido, un regalo. Su padre y el tío aceptaron. Nadia dijo que quería un abrigo
de toda clase de pieles, por si algún día se mudaban a otro lugar en el que
hiciese más frío que en Marruecos. Ambos asintieron. Fue una tarea muy compleja
ya que encontrar las pieles de todos los animales del mundo no era sencilla. Se
tuvo que posponer la boda ya que se tardó más de un año en hacerse ese abrigo.
Pero finalmente el abrigo se terminó, y el tío se lo dio. El tío le dijo que se
casarían la próxima semana y que le gustaría mucho que el vestido que le dejó
de herencia su madre se lo pusiese para la boda. Nadia asintió con la cabeza,
pero durante ese año estuvo pensando una manera de no casarse con su tío.
Así que esa
misma noche se escapó, cogió su vestido que le dio su madre, su medallón que
siempre lo llevaba puesto, el abrigo que le habían regalado ese mismo día.
Cogió su bicicleta y durante dos semanas pedaleó sin rumbo hasta que vio que no
podía más y fruto del cansancio se bajó de la bicicleta, dio algún paso y se
desmayó.
Un día después se despertó, y vio que hacía
mucho frio. Cogió su abrigo de toda clase de pieles. No sabía qué hacer, no
tenía comida, y estaba muy cansada. De repente vio que se acercaba una serie de
personas que iban a caballo. Uno de ellos, que parecía el líder, le preguntó
quién era. Nadia que estaba muy nerviosa y asustada, ocultándose un poco con su
abrigo de toda clase de pieles, dijo que era una simple ganadera. El líder de
la caballería al ver que estaba asustada, les dijo a sus hombres que la
cogieran.
Unos minutos
más tarde llegaron donde vivía aquel hombre. Era impresionante, vivía en un
palacio enorme, y en el cual había muchos sirvientes. Ese palacio era inmenso,
tenia de todo. Nadia se dio cuenta de que era un príncipe; “El príncipe de
Dinamarca”. El príncipe se dirigió a ella y le dijo que trabajaría para ella.
El príncipe tenía unas tierras a dos kilómetros del palacio. Ella sin hablar
mucho asintió con la cabeza.
Al día
siguiente se puso manos a la obra y empezó a trabajar de ganadería, con un
uniforme oficial, con otras personas que ya llevaban tiempo trabajando allí.
Pasaron una serie de meses, y Nadia que ya se
había asentado en el lugar, y que no había escuchado ninguna noticia de su
familia, se enteró de que se iba a celebrar el baile de palacio, en el cual se
elegiría a la futura mujer del príncipe. Nadia, durante todo el tiempo que
llevaba aquí, había visto de lejos al príncipe muchas veces, y se había
enamorado locamente de él, quería ir a ese baile. El príncipe nunca le vio
realmente la cara entera ya que en los pocos momentos que coincidieron, Nadia
se tapaba la cara con el abrigo de toda clase de pieles.
El príncipe
anunció que el baile se iba a celebrar en una semana. Ella al ser una de sus
criadas no podía participar en el baile, pero ella quería ir y no podía
desaprovechar esa gran oportunidad. A las doce de la madrugada daría comienzo
el baile, en el cual el príncipe elegiría a su futura mujer. Por fortuna Nadia
sabía que a esa hora ya había terminado su jornada. Sabía que podía intentar
colocarse sin que nadie la viese, ya que conocía bien la zona. Y por fin llegó
el día, Nadia estaba muy nerviosa, le temblaban las manos, ese día le costó
trabajar.
Terminada la
jornada a eso de las siete de la tarde, todos los criados y sirvientes del
palacio, se fueron a sus respectivos aposentos, pero Nadia que sabía que nadie
podía verla, antes de empezar su jornada, cogió una pequeña mochila, donde
guardó su vestido árabe que le había regalado su madre, junto a su medallón, y
la escondió en un pequeño rincón de un pasillo, cerca de sus aposentos.
Pasaron las
horas hasta que por fin llegaron las doce de la madrugada. El príncipe inauguró
el baile con su madre, y en ese baile había muchísima gente, y muchas doncellas
dispuestas a conquistar al príncipe. Nadia se cambió en el baño, y sin que
nadie la pudiera ver se coló en el baile. Entró en la sala, y se quedó
impresionada, nunca antes había visto una sala tan grande. Esta vez, la cara se
la podía ver, había dejado su abrigo de toda clase de pieles en su habitación.
Con el vestido que tenía deslumbrada entre el resto que estaba presente. El
príncipe que estaba cerca, se fijó en Nadia y se dirigió a ella. Empezaron a
bailar juntos, y el príncipe le preguntó que de dónde era, que no le sonaba su
cara. Nadia muy sorprendida ya que el príncipe se había fijado en ella dijo que
era muy del sur. De repente vino la madre del príncipe y le dijo que quería que
conociese a otra doncella, que la parecía idónea para su hijo. El príncipe
sorprendido le dijo a Nadia que luego seguirían
bailando. Pero Nadia, se puso muy triste y se marchó a su habitación, en la
cual había tres sirvientes más. No quería hablar con nadie, aunque sus
compañeros se sorprendieron ya que le vieron con ese vestido tan deslumbrante.
Cinco minutos más tarde, los tres sirvientes
se fueron de sus aposentos, ya que vieron el príncipe aparecer. Nadia, la cual
estaba llorando se dio media vuelta y se quedó inmóvil. El príncipe se dirigió
a ella y le dijo que ella era su futura esposa. Nadia emocionada, le dijo al
príncipe que como sabía que era ella, si nunca la había visto. El príncipe con
una sonrisa, le dijo que el medallón que llevaba en el baile, era el mismo que
el que vio cundo la encontraron la primera vez. El príncipe se volvió a dirigir
a ella y le dio un beso. La dijo “ya he encontrado la futura reina de
Dinamarca”. Y así fue, vivieron durante muchos años, felices y enamorados.
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Elementos
cambiados:
·
La
protagonista no es una princesa, es una ganadera.
·
La
protagonista tiene nombre (Nadia).
·
En
el cuento sólo hay un objeto simbólico (medallón), no tres objetos simbólicos.
·
En
el cuento sólo hay un vestido (Kaftan), no tres vestidos.
·
En
vez de tenerse que casarse por obligación con su padre lo tiene que hacer con
su tío.
·
La
protagonista cuando se encuentra en el palacio trabaja de ganadera, en vez de
cocinera.
·
El
príncipe busca a la protagonista a su habitación para que se case con él.
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Elementos
no cambiados:
·
La
madre muere al poco tiempo de dar a luz.
·
La
protagonista pide que le hagan el abrigo de toda clase de pieles, y lo lleva
consigo a donde va.
·
La
protagonista se encuentra al príncipe en el bosque y le lleva a su palacio.
·
El
príncipe no consigue ver la cara de la protagonista, ya que se la tapa con el
abrigo de toda clase de pieles.
·
El
baile de palacio tiene el mismo procedimiento, el príncipe por medio de un
baile intenta encontrar a su futura esposa.
·
Por
último el desenlace del cuento es el mismo ya que tanto el príncipe como la
protagonista acaban juntos.
Edad a la
que está referida este cuento:
Este cuento
está referido a niños de 4º de primaria, ya que a esas edades ya conocen muchos
cuentos tradicionales y además trabajan aspectos similares. Por lo cual este es
un cuento que pueden comprender sin problemas y que les puede gustar mucho.
Este cuento les puede aportar más conocimientos sobre los diferentes tipos de
cuentos que existen.